Historia de Leoncio Prado Gutiérrez
HISTORIA DE LEONCIO PRADO GUTIÉRREZ
Leoncio Prado nació en Huánuco el 26 de agosto de 1853,fue hijo natural del
General Mariano Ignacio Prado (presidente del Perú en los períodos 1865-1868
y 1876-1879) y de María Avelina Gutiérrez.
A los 9 años de edad ingresó al Colegio Guadalupe, a los doce años ya
era cabo en el Regimiento de Lanceros de la Unión, a los trece años dejó el
Colegio Guadalupe para combatir contra los españoles en la escuadra que
navegó al sur de Chile y participó en el combate de Abtao y por esta acción,
Leoncio recibiría su primera medalla de guerra, fue ascendido a Guardiamarina
en la fragata Apurímac, unidad que formó parte de la escuadra del capitán de
navío Manuel Villar. Luego participó en el combate del 2 de mayo de 1866 en el
Callao y fue ascendido al grado de Alférez, también participo en:
LA GUERRA DEL PACÍFICO Cuando, estalla la guerra con Chile Leoncio
Prado tenía 26 años, regresa al Perú para defender a su patria. Actuó en la
marina y luego en el ejército, formando parte de las guerrillas de Tacna. y la
batalla del Alto de la Alianza, donde muere su hermano Grocio Prado. En
Tarata fue tomado prisionero y remitido a Chile donde pasó la etapa más
dolorosa de su vida. Con la promesa de que se abstendría de seguir luchando,
es puesto en libertad y regresa al Perú.
LA CAMPAÑA DE LA BREÑA La "Campaña de la Breña" fue una guerra de
desgaste llevada a cabo en la sierra peruana por fuerzas irregulares,
compuestas por campesinos indígenas y montoneros pobremente armados,
pero muy valientes y decididos, que tuvieron a su cargo importantes acciones
militares que se prolongaron de abril de 1881 hasta septiembre de 1883. No
obstante, los desastres sufridos en la Guerra del Pacífico, los breñeros, al
mando del General Andrés Avelino Cáceres, resistieron y vencieron a los
chilenos en las serranías.
LA BATALLA DE HUAMACHUCO El 10 de julio de 1883, comienza
favoreciendo a las fuerzas peruanas, sin embargo, pronto se acaban las
municiones y los breñeros sufren su peor derrota.
Los peruanos perdieron en la lucha más de la mitad de sus efectivos, incluidos
la mayoría de sus jefes y oficiales. Algunas fuentes calculan en mil los muertos
y heridos.
El General Cáceres logra huir y continuó la lucha de la resistencia peruana,
pero el Coronel Leoncio Prado, herido gravemente en la pierna, fue
capturado.
Fue encarcelado y sospechó de su sentencia a muerte cuando el cirujano
militar se negó a amputar la pierna herida. Cosechó simpatías entre los
componentes del ejército enemigo y comentó la buena puntería de los cañones
chilenos a la vez que alabó el valor de sus soldados.
Según la versión chilena el coronel Leoncio Prado, conocido como "Pradito",
fue sentenciado a muerte por haber faltado a su palabra de oficial. Siendo
prisionero de guerra en junio de 1880 en Tarata, fue puesto en libertad bajo
palabra de honor de no seguir haciendo la guerra a Chile.
Según el oficial Fuenzalida, Leoncio Prado dijo que realmente había dado su
palabra cuando fue prisionero, sin embargo "me he batido después muchas
veces; defendiendo al Perú y soporto sencillamente las consecuencias.
Ustedes en mi lugar, con el enemigo en la casa, harían otro tanto. Si sano y me
ponen en libertad y hay que pelear nuevamente, lo haré porque ese es mi
deber de soldado y de peruano".
Leoncio Prado manifestó que tenía derecho a morir en la plaza y con los
honores debido a su rango porque era Coronel y pertenecía al Ejército regular
del Perú, pero su pedido no fue atendido y se le indicó que sería fusilado en su
propia habitación.
Luego pidió un lápiz y escribió la siguiente carta:
"Huamachuco, 15 de julio de 1883. Señor Mariano Ignacio Prado. Colombia.
Queridísmo padre: Estoy herido y prisionero; hoy a las .... (¿qué hora es?
preguntó. Las 8.25 contestó Fuenzalida) a las 8:30 debo ser fusilado por el
delito de haber defendido a mi patria. Lo saluda su hijo que no lo olvida Leoncio
Prado".
Antes de su ejecución, Leoncio Prado solicitó tomar una taza de café.
Enseguida, cuando entraron dos soldados pidió que fuera aumentado su
número para que dos le tirasen a la cabeza y dos al corazón. Al ser cumplido
este pedido dio breves instrucciones a la tropa sobre la trayectoria de sus
disparos y agregó que podían hacer fuego cuando hiciera una señal con la
cuchara y pegase tres golpes en el cachuchito de lata en el que había estado
comiendo.
Se despidió enseguida de los oficiales chilenos, los abrazó, les dijo: "Adiós
compañeros". La habitación era pequeña. Al frente y al pie de la cama se
colocaron los cuatro tiradores y detrás de ellos se pusieron los tres oficiales allí
presentes. El Coronel Leoncio Prado cumplió con dar las órdenes para la
descarga. "Todos llorábamos (manifestó Benavente) todos menos Pradito".
Se mandó fusilar al militar que había ganado el corazón de sus enemigos,
dicen que los integrantes el pelotón de ajusticiamiento dispararon sus armas
con los ojos nublados por las lágrimas. La muerte de Leoncio Prado se valoró
como la de un héroe.
Su cuerpo fue sepultado en el cementerio local de Huamachuco donde
permaneció hasta 1889 cuando fue trasladado a Lima, siendo depositado en
el Cementerio Presbítero Matías Maestro, desde 1908 reposa en la Cripta de
los Héroes dentro de dicho cementerio, junto con los otros grandes héroes
peruanos.
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